A menudo nos cuestionamos, al mirar nuestra mochila, si debemos o no llevar los prismáticos para reducir así el peso de nuestro equipo, y finalmente acabamos dejándolos en el coche o peor aún, en casa. Con este artículo pretendemos demostrar la utilidad que supone llevar siempre los prismáticos en nuestra mochila o mejor aún, colgados fuera de ella y listos para ser usados.

Intentar prescindir de los prismáticos es como intentar prescindir del visor, cuando te haces a ellos si te los olvidas te falta algo. Sin entrar en especificaciones técnicas que aburrirán y distraerán nuestra atención principal y, dado que esa es la labor del especialista en óptica que nos vende los prismáticos, vamos a centrarnos en cuales se adaptan mejor a nuestras necesidades y en consejos de uso práctico sobre el terreno. Vamos a tratar de describir cuáles son las utilidades más importantes del prismático para cada modalidad de caza mayor, así como cuáles son los más recomendables. Centraremos este artículo en 3 modalidades de caza mayor como son: Rececho, Montería y Esperas nocturnas.

RECECHO.

No hace falta decir que un rececho sin prismáticos no es un rececho, ya que además de dificultar y mucho la labor de localización del animal, una vez localizado es más difícil su evaluación. Con los prismáticos no sólo podemos otear y localizar las piezas, sino que además son fundamentales para ver la orografía del terreno, zonas de paso, veredas o sendas que toma la caza y las cuales debemos seguir para llegar a las zonas donde realizaremos el rececho. Debemos tener en cuenta que con los prismáticos nos ahorraremos muchas caminatas, ya que hay zonas que podremos inspeccionar sin la necesidad de acercarnos a ellas.

A la hora de efectuar el disparo, si no disponemos de un buen apoyo los prismáticos podrán ejercer esa función, ya que podemos colocarlos en posición vertical apoyándolos en el suelo sobre los objetivos y colocando el pasamanos del rifle en la zona de ajuste y enfoque. Los oculares nos ayudarán a mantener el rifle en una posición óptima de disparo y obviamente sería recomendable colocar los prismáticos envueltos en una prenda, como por ejemplo un forro polar, para proteger no sólo a estos sino también a nuestro rifle.

Montería.

Los prismáticos en montería nos permitirán localizar a otros compañeros monteros, que a simple vista no nos habíamos fijado que estaban en una zona continua o enfrente de nosotros. Por lo tanto, nuestra recomendación es que una vez llegamos al puesto y hayamos preparado nuestro equipo, realizar una inspección visual minuciosa de toda la zona que tenemos visible desde nuestro puesto. Esto también nos ayudará a detectar zonas querenciosas por las reses para emprender la huida: basta con localizar una primera res, que tranquila trata de abandonar la mancha, para detectar así las zonas más querenciosas dentro de nuestro alcance visual. Eso nos dará una clara ventaja a la hora de planificar las zonas de tiro y la seguridad en las mismas. Además, podremos seguir, en muchos casos, el curso de la montería si vemos el lugar de la suelta y por dónde discurren las rehalas, viendo de antemano la caza antes de que entre a los puestos lo cual también nos dará una estimación de la calidad de la misma.

Con los prismáticos también podremos disfrutar de los lances de puestos vecinos ya que podremos verlos con todo lujo de detalle. Queremos hacer hincapié en una mala costumbre de ciertos monteros inexpertos que para todas estas situaciones utilizan el propio visor, poniendo en peligro la seguridad de personas y perros. Nunca se debe usar el visor para inspeccionar el terreno y localizar a otros compañeros de montería, nunca, aun cuando el rifle esté descargado.

También debemos recordar que el prismático tiene una gran ventaja sobre el visor. Mientras éste último tiene visión monocular que no nos permite tener sentido de profundidad, el prismático tiene visión binocular (estereoscópica), lo cual nos aporta sentido de amplitud y profundidad.

 Esperas nocturnas.

En efecto, en esperas nocturnas con escasa luminosidad el prismático amplificarà la luz residual permitiéndonos ver mejor y más lejos que a simple vista. Además, en las zonas "oscuras" nos sería imposible detectar la presencia de la presa y con los prismáticos podemos localizar la silueta con muchas más garantías. Quien haya realizado esperas nocturnas sin prismáticos sabe de lo que hablamos: por la noche a simple vista nos asaltan las dudas, ya que las sombras hacen que parezca que estemos rodeados de cochinos dispuestos a entrar al comedero o a la baña.

Un prismático específico para condiciones de luz pobres nos será de gran ayuda y nos simplificara la labor de estar constantemente concentrados en el entorno, ya que podremos realizar inspecciones visuales periódicas, localizando así cualquier cambio sufrido en la zona de aguardo y ver si el animal que esperamos se aproxima a la zona de la espera.

¿Qué prismáticos para cada modalidad? 

Los prismáticos se identifican por 2 parámetros fundamentales: el aumento (zoom) y el diámetro del objetivo de salida, en ese orden. Así pues, a simple vista el fabricante nos indica qué tipo de prismáticos tenemos en las manos. Por ejemplo, un 7x42 nos indica que el aumento (zoom) es 7 veces la imagen observada y 42mm es el diámetro de los objetivos. Los objetivos son los responsables de la luminosidad del prismático, cuanto mayor sea el objetivo, mayor es su luminosidad y viceversa. Un factor a tener en cuenta en un prismático es la Pupila de Salida, el cual se obtiene dividiendo el diámetro del objetivo por el número de aumento. Por ejemplo: en unos prismáticos de 7x42 la pupila de salida del prismático es de 6mm, que es lo que mide la pupila del ojo humano y, por lo tanto, la estabilidad de la imagen será máxima. Por el contrario, si cogemos un prismático de 10x42 la pupila de salida será de 4,2mm, lo cual hará que la imagen sea menos estable y necesitemos apoyar los prismáticos si queremos ver perfectamente la imagen observada. 

Los prismáticos más comunes para su uso en la caza son los comprendidos entre los 7 a los 10 aumentos y en objetivos, desde los 30 mm hasta los 56mm. Así pues, unos prismáticos para rececho suelen ser de 8 a 10 aumentos y un objetivo de 30mm o 42mm de diámetro. Para montería usaremos unos de 7 o 8 aumentos y objetivo de 42mm de diámetro. Y para esperas nocturnas usaremos preferentemente unos 7 o 8 aumentos por 50mm o 56mm de diámetro del objetivo.

Otros parámetros a tener en cuenta son qué tipo de prismático elegimos. Para ello, debemos ponernos en manos de nuestro especialista en óptica para que nos asesore y ayude en la elección del prismático. Existen 2 tipos de disposición de los prismas internos de los prismáticos: "Porro" y "Techo". Lo mismo sucede con el material de los prismas, los cuales pueden ser orgánicos (policarbonatos) o minerales (vidrio). Los prismas minerales son la mejor elección y la más longeva, ya que los prismas orgánicos acaban "amarilleando" la imagen por el efecto de quemado que el sol produce en ellos; por el contrario, pesan menos. Los prismas minerales pueden ser de 2 tipos: BK-7 y BAK-4. Éstos últimos son los que transmiten las imágenes con mayor calidad, más nitidez y mejor contraste.

En cuanto a las lentes de los prismáticos, sucede lo mismo que con los prismas: elegiremos siempre minerales por encima de orgánicas. Las lentes minerales permiten fijar los tratamientos de éstas con mayor garantía, ya que para eso son sometidas a procesos térmicos imposibles en lentes orgánicas. Además, las lentes son las que están en contacto con el ambiente y, como es obvio, una lente orgánica (policarbonato) es más susceptible a las ralladuras que una lente mineral (vidrio). Como vemos, la elección de un prismático es una labor compleja que se requiere si queremos acertar de pleno el asesoramiento de un experto en óptica y caza y sólo así podremos estar seguros de invertir bien nuestro dinero. Factores como la edad del usuario, el ambiente de uso, la modalidad de caza, etc. deben ser tenidos en cuenta a la hora de elegir nuestros prismáticos.

Ni los prismáticos más caros tienen que ser los mejores para nosotros, ni los prismáticos que a una persona le van bien tiene porque encajarnos a nosotros. Por ejemplo, es absurdo a una persona de avanzada edad recomendarle unos prismáticos de 10x42 mm ya que su pupila, por el paso de la edad, se dilata menos que la de una persona de mediana edad. Por lo tanto, deberá apoyarse siempre para poder ver con claridad, lo cual probablemente acabe cansándole y abandone los prismáticos.

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¿Cómo usar correctamente los prismáticos?

Dado que la visión no es la misma en un ojo que en otro, los prismáticos llevan un ocular con ajuste dióptrico para poder igualar la visión en ambos ojos. Entre los 2 oculares se encuentra la rueda de enfoque y ajuste, entonces ¿Cómo proceder a ajustar los prismáticos a nuestra visión?

En primer lugar buscaremos un punto lejano y, cerrando el ojo del ocular que dispone de ajuste dióptrico, moveremos la rueda central de enfoque hasta que veamos bien la imagen. Una vez veamos bien la imagen (nítida y sin aberraciones) cerraremos el ojo que teníamos abierto y abriremos el ojo que está en el ocular con regulación dióptrica. Sin tocar la rueda de enfoque ajustaremos el regulador de dioptrías hasta que veamos correctamente la misma imagen observada en el proceso anterior. En ese momento, los prismáticos están ajustados para nuestra visión y ya sólo tenemos que regular el enfoque en las diferentes distancias que observemos con la rueda central de enfoque.

Se trata de un proceso sencillo pero que requiere de cierta tranquilidad por parte del usuario para realizarlo correctamente y asegurarnos así el punto óptimo de regulación que permita sacar todo el partido a nuestros prismáticos.

 

Limpieza y mantenimiento.

Vista la utilidad de los prismáticos en cada modalidad, abordaremos ahora una serie de recomendaciones de uso. Los prismáticos deben llevarse siempre con las ópticas perfectamente limpias, por lo tanto es importantísimo el proceso de limpieza de las mismas en el campo. Para ello seguiremos estos pasos:

- Poner la óptica paralela al suelo para que las partículas sólidas no adheridas puedan caer libremente.

- Soplar con violencia sobre la óptica a limpiar. Con esto conseguimos que parte de las partículas adheridas, como el polvo, se despeguen y desaparezcan en su mayoría.

- Humedecer la óptica utilizando nuestro vaho o un chorro de abundante agua.

- Por último, utilizando un paño especial para óptica dieléctrico o en su defecto una prenda de algodón, limpiaremos a fondo la óptica.

Es muy importante no utilizar nunca pañuelos de papel o demás tejidos sintéticos con base de poliéster o celulosa, ya que son abrasivos con los tratamientos superficiales de las lentes. 

Para finalizar, recordaros una vez más que por mucho que pensemos que sabemos, el asesoramiento de un especialista es una garantía de éxito y satisfacción cada vez que salgamos al campo. ¡Puedes consultar toda nuestra selección de prismáticos pulsando aquí  y comprar el que más te guste! En Armería Alberto te asesoraremos para encontrar los prismáticos que mejor se adapten a ti.